35:9-34 Para mostrar claramente el aborrecimiento del asesinato, y para proporcionar mĂ¡s eficazmente para el castigo del asesino, el pariente mĂ¡s cercano del difunto, bajo el tĂtulo de vengador de la sangre (o el redentor de la sangre,) en casos notorios, pueden llevar a cabo, y la venganza. Se hace una distinciĂ³n, no entre la ira repentina y alevosĂa, asĂ las que estĂ¡n el delito de homicidio; sino entre golpear intencionalmente a un hombre con un arma pueda causar la muerte, y un golpe involuntario. En este Ăºltimo caso solo, la ciudad de refugio proporcionĂ³ protecciĂ³n. Asesinato en todas sus formas, y en todas disfraces, contamina la tierra. ¡Ay! que tantos asesinatos, bajo el nombre de duelos, premio de toros, etc. debe pasar sin castigo. HabĂa seis ciudades de refugio; uno u otro puede llegar en menos de un dĂa de viaje desde cualquier parte de la tierra. Para ellos, el hombre-asesinos podrĂan huir en busca de refugio, y estar a salvo, hasta que surgiĂ³ de un juicio justo. Si absuelto de la acusaciĂ³n, que estaban protegidos contra el vengador de la sangre; sin embargo, deben continuar dentro de los lĂmites de la ciudad hasta la muerte del sumo sacerdote. AsĂ, se nos recuerda que la muerte del Sumo Sacerdote es el Ăºnico medio por el que se es perdonado los pecados, y poner en libertad a los pecadores. Estas ciudades estĂ¡n claramente aludidas, tanto en el Antiguo como el Nuevo Testamento, no podemos dudar del carĂ¡cter tĂpico de su nombramiento. Volveos a la fortaleza, oh prisioneros de esperanza, dice la voz de la misericordia, Zec 09:12, en alusiĂ³n a la ciudad de refugio. St. Paul describe el fortĂsimo consuelo de huir en busca de refugio a la esperanza puesta delante de nosotros, en un pasaje que siempre se aplica a la designaciĂ³n de gracia de las ciudades de refugio, Heb 06:18. Las ricas misericordias de la salvaciĂ³n por medio de Cristo, prefigurada por estas ciudades, demandan nuestra relaciĂ³n. 1. ¿El trasero antigua ciudad sus torres de seguridad en alto? Ver Cristo resucitĂ³ en la cruz; y no se le ha exaltado a la diestra de su Padre, por PrĂncipe y Salvador, para dar arrepentimiento y el perdĂ³n de los pecados? 2. ¿El camino de la salvaciĂ³n, se asemejan a la trayectoria lisa y llana de la ciudad de refugio? Encuesta de la ruta que lleva al Redentor. ¿Hay algĂºn tropiezo que se encuentran en ella, excepto lo que un corazĂ³n malo de incredulidad suministros para su propia caĂda? 3. Hitos se establecieron apuntando a la ciudad. ¿Y no es el oficio de los ministros del evangelio para dirigir a los pecadores a Él? 4. La puerta de la ciudad se quedĂ³ abierta dĂa y noche. Cristo no ha declarado, lo que viene a mĂ, de ningĂºn modo lo echarĂ© fuera? 5. La ciudad de refugio proporcionĂ³ apoyo a todo el que haya entrado en sus paredes. Los que han llegado al refugio, pueden vivir por la fe en Él cuya carne es verdadera comida, y cuya sangre es verdadera bebida. 6. La ciudad era un refugio para todos. En el evangelio no hay acepciĂ³n de personas. Esa alma no vive que merece la ira divina no; esa alma no vive lo que no puede, en la esperanza fe sencilla para la salvaciĂ³n y la vida eterna, por medio del Hijo de Dios.
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